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Volteto conoce la población de Forcall y su gastronomía

Volvemos a la carretera pero renunciamos a visitar el pueblo de Villores, el tiempo ha volado y queremos pasear por el Forcall antes de comer. Seguimos por la CV-14 hasta un desvío hacia la derecha donde tomamos la CV-120, carretera que sigue el cauce del río Cantavieja. En el lugar donde el Catavieja se une con el río Calders se forma una horca (forca en valenciano) que da nombre a Forcall, un pueblo situado sobre una colina y rodeado por cuatro molas que parecen grandes fortalezas defensivas. Un paraje realmente hermoso por sus bosques y formaciones geomorfológicas.

Forcall es la segunda localidad en importancia de la comarca tras Morella y, se identifica con la ciudad romana de Lasera. El pueblo estuvo amurallado en la antigüedad (se conservan restos en la zona de entrada), y vivió épocas de esplendor como centro comercial de la zona y gracias a la producción agropecuaria lo que se nota en la gran cantidad de casas nobles y palacios que jalonan sus calles.

Aparcamos junto a la carretera que bordea la población y, al salir del coche, nos llama la atención un terreno rodeado con un murete de piedra en seco y cuya puerta parece un arco de una antigua casa o Iglesia, al acercanos podemos observar que también hay restos de columnas en el interior de la parcela.

Nos adentramos en el núcleo urbano buscando el lugar más emblemático: la plaza Mayor. Es una plaza de más de 3000 metros cuadrados, porticada en casi todo su perímetro y al que se asoman casas solariegas y palacios como el de los Font y el de los Miró. Es el centro de la villa desde el siglo XVI, espacio para los acontecimientos más importantes. En la actualidad podemos encontrar tiendas, bancos, bares y restaurantes…

Plaza Mayor de Forcall

La Plaza Mayor es el centro de la villa desde el siglo XVI

Entre los edifcios destaca el Palacio de los Miró-Osset del siglo XVI-XVII. Es un gran edificio con sillares de piedra que sigue el estilo de los grandes palacios aragoneses del Renacimiento: de tres pisos, el último de ellos abierto con pequeñas arcadas. Llama la atención su trabajado alero doble, de madera primorosamente labrada, y el escudo de la familia Miró en la fachada esculpido en piedra. En la actualidad es un hotel con un gran encanto y restaurante. Vale la pena la estancia o la visita para poder contemplar el interior con puertas y artesonado de madera.

Palacio de los Miró-Osset ForcallPalacio renacentista según los modelos aragoneses

El Palacio de Les Escaletes (de las escaleritas), antiguo ayuntamiento, data de los siglos XVI-XVII. Es un edificio gótico a dos alturas. En la parte baja un arco de medio punto da acceso a una estancia que alberga un mesón. A la parte alta se accede por una doble escalera, su puerta es también un arco de medio punto, más pequeño que el anterior, con grandes dovelas de piedra en cuya clave podemos ver el escudo del Forcall, en esta planta se encuentra el Museo Histórico Municipal. El edificio fue alhóndiga, (depósito para el almacenamiento, la compra y venta de cereales). En su parte baja también alberga la antigua Iglesia de San Martín del siglo XV.

Palau de les Escaletes Forcall

Antigua alhóndiga del pueblo

Nos dirigimos al otro gran munumento de la ciudad, la Iglesia Parroquial de la Virgen de la Asunción. Es un templo moderno (siglo XIX), para lo que estamos acostumbrados a ver en la comarca. La Iglesia original gótica, del siglo XIII, fue destruida por un incendio durante las guerras carlistas. La actual construcción sólo conserva de la anterior el ábside, algunas gárgolas y ventanales, y el rosetón. El campanario barroco del siglo XVIII también sobrevivió a las llamas, siendo el más alto de la comarca con 55 metros. El interior de la iglesia está decorado al fresco por Cruella.

Comenzamos a callejear por Forcall y nos encontramos con algunos de sus tesoros, palacios como el de los Mançaner (siglo XVII) o el de los Berga (siglo XVI) demuestran el enorme poderío que esta villa llegó a tener en aquellos siglos. También nos encontraremos con los tradicionales retablos cerámicos en las fachadas de las casas.

Uno de los detalles más curiosos del Forcall es que alberga el horno en funcionamiento más antiguo de Europa: el Forn de la Vila cuyo origen se remonta a 1246. Era un horno comunal en la época medieval. En contraste con el horno también conserva Forcall una antigua nevera del siglo XVII, en ella se almacenaba la nieve durante el invierno, prensándola para endurecerla y tener hielo para el resto del año.

Forn de la Vila Forcall

El horno en funcionamiento más antiguo de Europa

Forcall, como todas las poblaciones de la comarca, cuenta con sus ermitas. La más importante es la Ermita de la Virgen de la Consolación (1783), muy cercana al núcleo urbano, se accede a ella por un camino jalonado de cipreses. Forma un conjunto típico con templo renacentista, casa del ermitaño y fuente. Junto a la carretera encontraremos la capilla de la Consolacioneta, del siglo XVII, en el recorrido hacia la ermita principal.

La otra ermita destacada es la de San José (1682), en un hermoso enclave ajardinado con preciosas vistas. Es de estilo barroco con pórtico cubierto. Forma parte del conjunto un importante calvario reconstruido en 1969.

Los alrededores de Forcall están surcados por multitud de rutas para el senderismo y el ciclismo, que lo unen con Morella y otros pueblos de la comarca. En la Oficina de Turismo se puede obtener información sobre la mismas. Algunos de los lugares que pueden visitarse son la Moleta dels Frares, donde quedan restos de una ciudad íbero-romana. Abundan también las fuentes que hacen más agradables los paseos.

Comemos en el Restaurate del Hostal Aguilar, a la entrada de la villa tras atravesar el puente. Está especializado en carnes a la brasa pero tiene un menú del día abundante y de calidad. El menú constaba de una ensalada completa; luego, como primer plato sopa de la casa, deliciosa: un caldo de pollo en el que no faltaban los buñuelos de aire típicos de zona (una especie de profiteroles sin relleno), con el frío que hacía nos vino de maravilla. De segundo nos dividimos tomando panceta a la brasa y emperador, platos abundantes aunque no tan buenos como la sopa. El postre era una cuajada casera con miel, exquisita. Tras el café nos invitaron a un chupito, el precio era de 11€ por persona.

Abside de la Iglesia de Forcall

Abundan los rincones con encanto

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